Laura y sus compañeros son parte de la toma de un colegio para alumnos expulsados, donde es imposible saber qué año es, en qué provincia están y por qué empezó todo. Cada día sigue al anterior sin razón ni destino. Así, estos incompetentes parecen haber escapado de la violencia del Estado y la familia, pero no de la catástrofe inminente.
Con una cómica y sombría mirada, esta novela construye la situación de una juventud inmóvil en medio de un contexto que les exige su participación.