Ni un pelo de tonto: por qué terminamos justamente donde debemos terminar por Hillel Lerman
Ted y Jimmy acaban de completar sus estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown. Están a punto de dejar la habitación estudiantil que comparten y de regresar a casa, pero discuten. Jimmy afirma que en unos pocos años será senador. Su padre es un afamado abogado y promocionará la elección de su hijo.
Ted dice que de ninguna manera, que Jimmy no es apto para ser senador.
El profesor Carter, muy admirado por sus dos ex estudiantes, casualmente pasaba cerca y ellos le preguntaron si en efecto, existe algo así como ser «apto para ser senador» y si piensa que Jimmy será capaz de cristalizar su ambición. Carter les responde con una propuesta muy inusual: acompañarlo en un viaje alrededor del mundo durante dos semanas en distintos lugares del globo, para ayudar a impulsar su investigación. « La interrogante sobre Jimmy», dice, «es mucho más amplia, ya que concierne a principios básicos e importantes, que determinan el camino que las personas emprenden en sus vidas. Esto nos ayudará a entender por qué George es un conductor de autobús que se pasa los días en viajes de ida y vuelta entre Washington y Baltimore y por qué Edward es el embajador británico en Egipto. También nos brindará una respuesta a la pregunta que inicialmente plantearon».
Lo que el profesor Carter se abstiene de mencionar es que se está jugando toda su carrera académica por estos dos estudiantes.El motivo real de la invitación, es que Carter necesita desesperadamente ayudar a probar una teoría que ha desarrollado, de la que sus colegas de la facultad se mofan.« Decidan rápido», les pide.« Partiremos pronto…»
Esta inspiradora novela insiste con ingenio en la noción de que no hay una verdadera diferencia entre un profesor universitario y un bedel y que lo único que difiere son sus profesiones. A diferencia de lo que nos han hecho creer, nadie es más inteligente que otro y de la misma manera, nadie es más tonto que los demás.La gente es solo eso, gente.La mujer china inclinada sobre una parcela de arroz, tal como el presidente del Tribunal Supremo, tiene anhelos, ambiciones y sueños, siente felicidad, tristeza y dolor.
Esta verdad aparentemente obvia se presenta de manera clara y convincente en este fascinante relato, que cautiva la mente y la imaginación del lector desde el principio hasta el sorprendente final. Se trata de un viaje de descubrimientos cuyo destino es el ser humano y que evita caminos trillados y examina conceptos familiares como igualdad y racismo desde un punto de vista totalmente diferente.
Esta búsqueda desafiante lleva al lector de los barrios bajos de Bombay a un campo de fútbol en Buenos Aires, de ahí al barrio Borough Park de Brooklyn y de ahí a la Biblioteca del Congreso en la ciudad de Washington. Una escena tras otra, el hilo del relato se va aclarando gradualmente hasta revelar el código que lleva a los seres humanos a los lugares en los que se encuentran en la vida. ?Por qué George es conductor de autobús, mientras que Edward es embajador? Ni un pelo de tonto brinda la respuesta.
Hillel Lerman es ingeniero industrial, dirigió varias empresas start-up desde sus comienzos, algunas de las cuales lograron salidas de éxito y también estableció tres compañías start-up por iniciativa propia. Hace muchos años que se interesa en la filosofía, en particular en el ámbito de la determinación y la libre elección.
El autor está casado, tiene cuatro hijos y un número creciente de nietos.Escribió este libro durante un viaje de negocios obedeciendo a un impulso repentino, sin motivación financiera ni de ningún otro tipo.